Ya funcionan diversas
iniciativas que buscan promover una nueva forma de enseñanza de la
informática en las aulas; el testimonio de los alumnos que comenzaron a
dar sus primeros pasos en proyectos de robótica
Guillermo Tomoyose /LA NACION
En el medio de una sala de exposiciones, un prototipo
de mano mueve sus dedos a pedido de un usuario, que lo comanda desde un
tablero de control. A pocos metros de ahí, un vehículo pequeño es
controlado desde un teléfono móvil, mientras que un llamativo androide
mueve su cabeza ante la presencia de cualquiera que pase a su lado. Las
mentes detrás de todas esas creaciones saben que aún deben pulir sus
proyectos, que éstos se encuentran en una etapa inicial. Sin embargo,
para ellos el trabajo pendiente no implica un límite al momento de
explicar el funcionamiento invenciones.
Convocados
por el Festival de Robótica y Programación Liber.ar, que se realizó
días atrás en Tecnópolis, estos inventores, que provienen de distintas
provincias, tienen 18 años y son parte de la primera camada de alumnos
que cursaron en establecimientos educativos públicos que buscan promover
la programación en todo el país.
El encuentro reunió a 30 de los 300 establecimientos de la Red Escuelas que Programan,
una iniciativa del Ministerio de Educación de la Nación que asiste a
maestros con un equipo de 900 facilitadores para proyectos tecnológicos
educativos.
"Una
de las cosas que más me gustaron de esta experiencia estuvo en el
acercamiento que tuve a la programación mediante la robótica. Pude
experimentar cómo cada línea de código se reflejaba en las acciones del
vehículo basado en una placa Arduino, controlado desde una aplicación
móvil para un dispositivo con Android", dijo Ailén Alves, integrante del
equipo de la Escuela de Educación Secundaria Técnica N° 2 de Olavarría.
Para
los alumnos de la Escuela Técnica Provincial Aristóbulo Belmonte, de
San Salvador de Jujuy, la programación no representó un escollo en su
proyecto de robótica. "Necesitábamos mostrar de una forma atractiva todo
el trabajo de integración entre las líneas de código, las placas
Arduino y el uso de pequeños motores, y esa fue la tarea más difícil.
Armamos una estructura que emula la figura de un robot Terminator, con
diferentes materiales que teníamos a mano: papel, madera, enduido y
pintura", dijo Juan Vidaurre.
El
uso de elementos cotidianos también estuvo presente en uno de los
prototipos de los alumnos jujeños con un brazo robótico hecho con
sorbetes, hilos de pesca como tensores, y un pequeño motor integrado a
una placa electrónica. Sin saberlo, y a su manera, experimentaron un
tipo de diseño biológico, alejado de las estructuras metálicas rígidas
de las extremidades de los androides, que son habituales en centros de
investigación como el Instituto Tecnológico de Massachusetts y el
Instituto Madrileño de Estudios Avanzados.
Facundo Arancibia,
alumno de la Escuela Técnica Río Seco de Tucumán, presentó su prototipo
de prótesis de mano. "La tía de uno de los integrantes del equipo
utiliza una prótesis, algo que por su costo no siempre está disponible
para personas con menos recursos. Eso nos inspiró a crear una mano
robótica aplicando nuestros conocimientos y plasmándolos mediante la
programación", dijo Arancibia. "Fue, a su vez, un trabajo que nos exigió
involucrarnos más con la electrónica aplicada a la medicina", agregó
Cristian Rodríguez, otro de los alumnos tucumanos que participaron del
proyecto.
ste tipo de experiencias de enseñanza de programación también se
llevaron a cabo en escuelas porteñas con planes que acompañan la
iniciativa Programá tu Futuro, una plataforma de aprendizaje online de
libre acceso para la comunidad, más allá de lo que se realiza dentro de
los establecimientos.
Recientemente, la feria educativa INNOVA
fue el escenario que permitió la presentación de diferentes
iniciativas en robótica, programación e impresión 3D, entre otras
temáticas, desarrolladas por más de 400 escuelas porteñas de nivel
inicial, primario y secundario. El proyecto ganador del certamen fue Soy
tu Guía, de los alumnos de la Escuela Técnica 14 "Libertad", un sistema
que combina unas lentes que, sincronizado con una aplicación móvil,
sirve de asistencia para la movilidad de personas ciegas.
El desafío de las nuevas prácticas educativas
"Es
una experiencia inédita en muchas partes del mundo. Es un proceso que
se inició hace dos años, con una capacitación tecnológica que contó con
el aporte del sector educativo, gubernamental y de las empresas. Aún
estamos en una etapa de adaptación de las prácticas de enseñanza, y sin
dudas la tecnología tendrá un papel importante a futuro", dijo Jorge
Aguado, director de Tecnología Educativa del ministerio de Educación
porteño.
En el plano nacional, una resolución del Ministerio de Educación y del Consejo Federal de Educación declaró la importancia de la programación en la educación obligatoria,
a cargo del PNIDE. También están involucrados, desde diversas áreas e
iniciativas, el ministerio de Ciencia y Tecnología, la Fundación
Sadosky, el portal educativo Educ.ar y el programa Conectar Igualdad,
entre muchos otros organismos, universidades e instituciones.
"La
enseñanza de la programación y las tecnologías en el aula forman parte
de una planificación prevista para los próximos cinco años. Aún se
evalúa la forma de implementar su dictado en una materia específica,
pero por lo pronto estos recursos tecnológicos se están aplicando de
forma transversal a las diferentes asignaturas. El objetivo para 2016 es
duplicar la cantidad de escuelas que participen de la Red Escuelas que
Programan", dijo Javier Castrillo, responsable de comunicación de Plan
Nacional de Inclusión Digital Educativa (PNIDE) y coordinador de Huayra, el sistema operativo educativo libre basado en Linux, que se utiliza en las netbooks del plan Conectar Igualdad.